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| Knight of the Nine |
This is told from a personal point of view, so I hope you wouldn't mind if I don't speak of the two first installments, Arena and Daggerfall, which I have never played.
The Elder Scrolls Saga always put you in the skin of a prisoner who discovers that he (or she) is more than what meets the eye, that some special destiny is upon him, and this idea, of mixing destiny and free will, it's what has built its greatness to me. Because you find before you a great open world, full of opportunities, ripe for the taking... and some path that it's written for you, but you decide how the story unfolds.
The Elder Scrolls Saga always put you in the skin of a prisoner who discovers that he (or she) is more than what meets the eye, that some special destiny is upon him, and this idea, of mixing destiny and free will, it's what has built its greatness to me. Because you find before you a great open world, full of opportunities, ripe for the taking... and some path that it's written for you, but you decide how the story unfolds.
Also, having the several games taking place in different countries and centuries each one makes the world feel like something alive, that grows outside the boundaries of your perception of the world of Tamriel, where your legend is told.
Your power to decide what will you do, where you will go, who will you confront... possibilities are seemingly endless. You can deviate from the main quest, even forget it almost as you walk or ride or fly through Tamriel.
In this series of articles I will tell you my personal experience with this videogames, and what have I adapted from them for tabletop roleplaying games.
May be your sword sharp, your shield strong, your spells powerful, and the Divines with you.
"Un prisionero nacido cierto día de padres inciertos". Así comienza. Esta es una historia de amor. Es sobre cómo me enamoré de la saga de los Elder Scrolls (Los Pergaminos Antiguos), una serie de videojuegos que construyó un mundo dentro de mi cabeza y lo hizo evolucionar a través de los siglos.
Esto se cuenta desde un punto de vista personal, así que espero que no os importe si no hablo de las dos primeras entregas, Arena y Daggerfall, a los que jamás jugué.
La Saga de los Elder Scrolls siempre te mete en la piel de un prisionero que descubre que él (o ella) es más de lo que se ve a simple vista, que algún destino especial está preparado para él, y esta idea, la de mezclar destino y libre albedrío, es la que ha construido su grandeza para mí. Porque te encuentras ante ti un vasto mundo abierto, lleno de oportunidades, listo para la cosecha... y un camino que está escrito para ti, pero tú decides como se desarrolla la historia.
También el que los diferentes juegos estén ambientados cada uno en diferentes países y siglos hace que sientas el mundo como algo vivo, que crece fuera de los límites de tu percepción del mundo de Tamriel, donde se cuenta tu leyenda.
Tu poder para elegir qué harás, a dónde irás, a quién te enfrentarás... las posibilidades parecen interminables. Puedes desviarte de la búsqueda principal, incluso olvidarla casi mientras caminas o cabalgas o vuelas a través de Tamriel.
En esta serie de artículos os hablaré de mis experiencias personales con estos videojuegos, y qué he adaptado de ellos a los juegos de rol de mesa.
Permanezca tu espada afilada, tu escudo fuerte, tus hechizos poderosos, y los Divinos contigo.
Your power to decide what will you do, where you will go, who will you confront... possibilities are seemingly endless. You can deviate from the main quest, even forget it almost as you walk or ride or fly through Tamriel.
In this series of articles I will tell you my personal experience with this videogames, and what have I adapted from them for tabletop roleplaying games.
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| A shop in Morrowind |
"Un prisionero nacido cierto día de padres inciertos". Así comienza. Esta es una historia de amor. Es sobre cómo me enamoré de la saga de los Elder Scrolls (Los Pergaminos Antiguos), una serie de videojuegos que construyó un mundo dentro de mi cabeza y lo hizo evolucionar a través de los siglos.
Esto se cuenta desde un punto de vista personal, así que espero que no os importe si no hablo de las dos primeras entregas, Arena y Daggerfall, a los que jamás jugué.
La Saga de los Elder Scrolls siempre te mete en la piel de un prisionero que descubre que él (o ella) es más de lo que se ve a simple vista, que algún destino especial está preparado para él, y esta idea, la de mezclar destino y libre albedrío, es la que ha construido su grandeza para mí. Porque te encuentras ante ti un vasto mundo abierto, lleno de oportunidades, listo para la cosecha... y un camino que está escrito para ti, pero tú decides como se desarrolla la historia.
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| Tamriel |
También el que los diferentes juegos estén ambientados cada uno en diferentes países y siglos hace que sientas el mundo como algo vivo, que crece fuera de los límites de tu percepción del mundo de Tamriel, donde se cuenta tu leyenda.
Tu poder para elegir qué harás, a dónde irás, a quién te enfrentarás... las posibilidades parecen interminables. Puedes desviarte de la búsqueda principal, incluso olvidarla casi mientras caminas o cabalgas o vuelas a través de Tamriel.
En esta serie de artículos os hablaré de mis experiencias personales con estos videojuegos, y qué he adaptado de ellos a los juegos de rol de mesa.
Permanezca tu espada afilada, tu escudo fuerte, tus hechizos poderosos, y los Divinos contigo.
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